El sábado, aprovechando un día explendido volví a Ubiña. En compañía de Adelo con el que llevo caminando más de 30 años y dos nuevas adquisiciones: Antonio y Faustino. Subimos desde Torrebarrío hasta el Ronzón y desde aquí por la vía normal hasta la cumbre. Tenía nieve, algo compacta, lo ideal para ascender. Cuando iniciabamos la bajada nos encontamos con Ana, César e Isidoro. Después de los saludos de rigor quedamos de esperarlos merendando en el Ronzón.
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